OTROS NOMBRES
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FECHAS
finales del s. XVI-1624/29
LUGAR
¿Sevilla/Génova?-¿Sevilla?
ESTADO
Monja profesa de la Orden de las Agustinas Recoletas en el convento de San Leandro de Sevilla.
Pocas son las fuentes disponibles para reconstruir el perfil biográfico de la autora. Valentina debió nacer en la segunda mitad del siglo XVII, probablemente en Sevilla. Procedía de una familia de comerciantes del linaje de los Pinelo, de origen genovés, que se trasladaron a Sevilla. Según las suposiciones de Teófilo Aparicio López, es probable que su madre fuera Francisca Francisquín. Los hombres de su familia desempeñaron cargos importantes en la jerarquía eclesiástica. Su hermano, Agustín Pinelo, llegó a ser canónigo de la catedral de Sevilla y Dominico Pinelo, su sobrino, cardenal de la Santa Iglesia de Roma y arcipreste de Santa María la Mayor. A este último le dedica Valentina su Libro de Santa Anna. No sabemos nada respecto a la niñez de la autora, a pesar de que antes de haber cumplido los cuatro años ingresó en el convento agustino de la ciudad, donde se crio, tomó el hábito y al parecer nunca salió de este. Su pertenencia a una familia acomodada, que tenía el patronato de la capilla del Pilar en la catedral y el hecho de crecer en Sevilla durante el auge del comercio transatlántico y cultural de la ciudad permite explicar su formación y su aceptación en uno de los conventos de mayor renombre del momento, el de San Leandro de Sevilla. La comunidad de las agustinas sevillanas era un ambiente especialmente propicio al desarrollo intelectual, artístico y literario de las religiosas y un centro neurálgico económico en la ciudad. Recordemos que a este mismo convento, en el siglo siguiente, estara considerarsegaullicar porque era de inter[]as. En todo caso NO se puede poner , la terminologs. lo pones con cita literal, tán vinculadas escritoras como María Francisca de Zúñiga (de Ayamonte), Juana de Madariaga, hija de los marqueses de las Torres, y Leonor de Saavedra Maldonado. Valentina debió de aprender a leer y escribir en su primera juventud. Llegó a dominar un repertorio amplio de lecturas clásicas, las Sagradas Escrituras, la patrística, así como la lengua latina. Sabemos también que se interesó por el arte, encargando, en 1598, la construcción de un retablo para el altar, que llamó de san Agustín, para la iglesia del convento. Dentro de la comunidad desempeñó cargos diversos, siendo clavera (1596) y sacristana del monasterio (1598). Aunque a nosotros nos llegó solamente su Libro de las alabanças y excelencias de la gloriosa Santa Anna, por los paratextos que nos dejó la autora, sabemos que compuso también un Cancionero de rimas de circunstancias que estaba preparado para su publicación antes de 1601 y que probablemente circuló en forma manuscrita entre los literatos residentes en la Sevilla del momento. Con el Libro de Santa Anna, publicado en la misma ciudad por Clemente Hidalgo gracias a la intervención y el apoyo económico de su sobrino, Valentina intervino en uno de los debates teológicos más feroces de su tiempo sobre la Inmaculada Concepción, objeto de enconada disputa entre los maculistas e inmaculistas. El texto, de difícil clasificación, podría considerarse una hagiografía erudita de Santa Ana y una exégesis de las Sagradas Escrituras y de los Padres de la Iglesia, escrito en una prosa de carácter ascético. Es muy probable que Valentina pudiera opinar sobre un tema tan controvertido gracias a que gozaba ya de cierta autoridad intelectual en los círculos literarios sevillanos. Tenía fama de excelente poeta, de la que queda constancia en las alabanzas de autores como Lope de Vega, quien podría haberla conocido personalmente: la elogia en algunos sonetos y octavas incluidos en los preliminares al Libro de Santa Anna, la menciona en varias de sus obras teatrales (en el El hijo pródigo y el Peregrino en su patria) y la sitúa en el parnaso de las ilustres féminas, junto a autoras como Isabel de Esforcia, Olivia de Nantes, María Enríquez y Ana de Zuazo. En el mismo tono encomiástico se refirieron a ella Leonardo de Argensola, Diego de Zúñiga y, posteriormente, Nicolás Antonio, colocándola al final de su apéndice de autoras ilustres, Gynaecum Hispanae Minervae (1648: 372v), adjunto al Manual de la historia vulgar. . No poseemos más datos sobre los siguientes años de su vida. Se supone que gozó de reconocimiento y fama como poeta y mística hasta su muerte, en 1624 o 1629.
OBRAS
Ms/publicación
Impreso antiguo, siglo XVII
Año
1601, Sevilla: por Clemente Hidalgo
Descripción
4º, 13 hs., s.n. de preliminares, 422 folios;
En la portada: escudo cardenalicio con dos figuras femeninas a dos lados; más abajo se encuentra el corazón de San Agustín atravesado por una flecha, o sea, el escudo de armas del cardenal Dominico Pinelo, a quien va dedicado este libro. En el centro, en un óvalo dibujado, aparece un árbol con el texto: Sot dura cortecia dolce fructo — 1601. Con privilegio, Impreso en Sevilla, en casa de Clemente Hidalgo. Esta tasado, a blancas el pliego, s.n. de preliminares, 422 folios, con el índice de la S. Escritura y 1 hoja con erratas. Al final del índice, en forma de colofón: Impresso en Sevilla, en San Leandro, Convento de Monjas de nuestro Padre San Agustín, Por Clemente Hidalgo. Año de 1601.
Localización
Hay varias copias del impreso: Madrid, BNE, R/4464; Madrid: Monasterio de las Descalzas Reales, C/283; Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 22320; Granada: Biblioteca de los Padres Carmelitas Descalzos; Sevilla: Biblioteca Universitaria: Estante 71, número 86; Sevilla: Convento de San Leandro; Sevilla: Biblioteca Provincial, signaturas: 71-86 y 94-58.
Ms/publicación
Texto no localizado
Año
Escrito antes del 1601
Descripción
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Localización
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Notas
A este texto alude la autora en el prólogo al Libro de las Alabanças y Excelencias de la Gloriosa Santa Anna como Rimas. Lo describe como un conjunto de poemas compuestos para las fiestas en los que había trabajado durante varios años y a los que, al parecer, tenía mucho cariño aunque le costaron mucho esfuerzo. La investigadora Mª Carmen Marín Pina considera que el título del Cancionero se puede atribuir a Felix Ossinger, F. Joannes en la Bibliotheca Agustiniana, Historica, Critica et Chronologica in qua mille quadragenti Agustiniani Ordinis Scriptores, Inglostadii et Augustae Vindelicorum, 1768, pág. 696. También se conoce por el título Liber Carminum in omnia Ordinis Nostri Sanctorum ac Beatorum festa.
Documentos, manuscritos e impresos antiguos:
Anónimo, Censura al Libro de Excelencias y Alabanzas de Santa Anna compuesto por Valentina Pinelo en San Leandro de Sevilla, British Library, Ms. Add. 20915, ff. 346-348.
Libro de cuentas del convento de San Leandro [1596] (1944), incluido en: Llordén, Andrés, “Notas acerca de la escritora y poetisa agustina Sor Valentina Pinelo”, La Ciudad de Dios, CLVIII, p. 80 [original en el Archivo del Convento de San Leandro de Sevilla].
Encargo de la autora para la realización de un retablo [19 de abril de 1598], incluido en: Llordén, Andrés, “Notas acerca de la escritora y poetisa agustina Sor Valentina Pinelo”, La Ciudad de Dios, CLVIII, pp. 67-97 [original documento en el Archivo de Protocolos en Sevilla].
Estudios modernos:
Aparicio López, Teófilo (2002), “Doña Valentina Pinelo. Poetisa y escritora mística”, en: Archivo Agustiniano, 86, 204, pp. 385-414.
Bengoechea, I. (1982), “Cristología y mariología en Valentina Pinelo, escritora del siglo XVII in Cristologías modernas y Mariología”, en: Estudios Marianos, Madrid, V. 47, pp. 269-287.
Lasso de la Vega, Ángel (1871), Historia y juicio crítico de la Escuela Poética Sevillana en los siglos XVI y XVII, Madrid: Imprenta de la Viuda e Hijos de Galiano, p. 305
Llorden, Andrés (1944), “Notas acerca de la escritora y poetisa agustina Sor Valentina Pinelo”, separata de la Ciudad de Dios, CLVIII, ed. 3, Real Monasterio de El Escorial, 34 pp., s.n..
Luna, Lola (1993), “Las lectoras y la historia literaria”, en: La Voz de Silencio. II. Historia de las mujeres: compromiso y método, Cristina Segura (ed.), Madrid: A. C. Al-Mudayna, pp. 75-96.
Luna, Lola (1989), “Sor Valentina Pinelo, intérprete de las Escrituras”, en: Cuadernos hispanoamericanos, 464, pp. 91-104.
Luna, Lola (1992), “El sujeto femenino de la Historia literaria”, en: La Voz de Silencio. I. Fuentes directas para la historia de las mujeres (siglos VIII- XVIII), Cristina Segura (ed.), Madrid: A.C. Al-Mudayna, pp. 53-63.
Luna, Lola (1997), “Dos escritoras para la historia: Valentina Pinelo y Ana Caro”, en: Breve historia feminista de la literatura española (en lengua castellana). La literatura escrita por mujer: desde la Edad Media hasta el siglo XVIII), Iris María Zavala y Myriam Díaz Diocaretz (coords.) Barcelona: Anthropos, pp. 243-280.
Marín Pina, Mª Carmen (2006), “Cuantas fueren las cabeças tantos han de ser los pareceres: censura al ‘Libro de Santa Ana’ de Valentina Pinelo”, en: Voz y letra: Revista de literatura, 17, 2, pp. 33-50.
Santiago Vela, Gregorio de (1922), “Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín”, vol. VI, Madrid, pp. 320-321.
Serrano y Sanz, Manuel (1903-1905), Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 al 1833, t. II, Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, p. 132.